Leo "La vida negociable", la nueva novela en la que Luis Landero, abandonando el paréntesis confesional que supuso "El balcón en invierno", regresa a la ficción, entregando el protagonismo a Hugo Bayo, un peluquero de profesión, desleal y paradójicamente ingenuo, que cuenta a sus clientes -en primera persona- la historia de sus andanzas, desde su adolescencia en un barrio de Madrid hasta el momento actual, al filo de los 40 en que sigue buscando un sentido a su vida. Con una estructura tradicional, una trama de ritmo trepidante, gran habilidad en la elaboración de los diálogos, mucha mordacidad en las reflexiones y una prosa muy cuidada a la vez que amable y socarrona, el novelista disecciona las complejidades del comportamiento humano de la mano de un solitario que, como repite en varias ocasiones a lo largo de la narración, sólo "aspiraba a vivir en una cabaña junto a un río, o a llevar una vida despreocupada y vagabunda". Esta farsa de situaciones divertidas, elaborada con una gran capacidad imaginativa, acerca de la búsqueda de la identidad, la necesidad de elevarse por encima de lo anodino a través de los sueños y la importancia de redimirse con el pasado, me ha resultado lúcida y muy crítica. De 7,9.