He
disfrutado de verdadero cine con la película "Un Dios salvaje" de Roman
Polanski, una pequeña pieza teatral sobre la educación de los hijos,
sobre el individualismo y sobre los sentimientos, con una detallada
dirección, un buen guion, estupendos diálogos y geniales
interpretaciones. Después de verla casi he llegado a creer que existe un
"Dios salvaje". Estupenda, de 7.