Veo "Passengers", la película estadounidense de ciencia ficción que, dirigida por Morten Tyldum, está protagonizada por Chris Pratt y Jennifer Lawrence y que me enfada (éticamente hablando) cuando, en las webs, leo que se define la cinta como "de romance", cuando -sin querer, a mi pesar, adelantar el argumento escrito por el guionista de Prometheus, Jon Spaihts- un hombre (de los 5000 que viajan en la nave Ávalon a una colonia en un planeta lejano) que despierta accidentalmente de su hibernación, decide -para no estar solo- despertar a una bella joven que sigue dormida. Con este argumento, nada de química entre los dos protagonistas, escasa profundidad en la construcción de los personajes, pésimos diálogos, una efectiva labor de marketing, una medida puesta en escena, unos correctos efectos visuales y especiales (me gusta la pérdida de gravedad en la piscina o los paseos espaciales) y, una acertada banda sonora de Thomas Newman, se me ha pasado el rato. Para disfrutar (sólo) del físico de los dos actores, de 4.
