sábado, 5 de agosto de 2017

La invasión de los marcianitos

Leo "La invasión de los marcianitos" escrito por el inglés Martin Amis. Así, con una excelente traducción de Ramon de España, treinta años después de la aparición de este secreto y divertido libro para fans de los juegos, me encuentro ante una inesperada edición española de una novela escrita en el año 1982 por un adicto a los videojuegos con una introducción de otro adicto, el cineasta Steven Spielberg (quien dice que ha superado los 500.000 puntos en "Missile Command"), antes de la aparición del "Tetris". Amis me devuelve el sabor de una época pasada y, con un certero juicio crítico, se atreve a hablar del diseño de los juegos, intercalando imágenes de pantallas de los videojuegos para su mejor comprensión. En una primera parte explica -entre bombas inteligentes, hiperespacios, reservas de combustible o distorsiones de cuadrantes- cómo nos invadieron los marcianitos prácticamente sin que nadie advirtiese lo que sucedía cobrándose víctimas de todas las razas, colores y religiones causando "codo de asteroide, dedo de comecocos, espina galáctica y disco de ciempiés". En la segunda parte me muestra una guia de máquinas con instrucciones sobre prácticas bélicas a cargo de un combatiente muy fogueado en la batalla quien partiendo del mítico "Space Invaders" y pasando por "Galaxian", "Asteroids", "PacMan", "Defender", "Scramble", "Cosmic Alien", "Lunar Lander", "Missile Command", "Gorf", "Pleiads", "Frogger", "Centipede", "Donkey Kong", "Turbo", "Vídeo Hustler", "Pro-Golf" y "Dribbling", acaba con "Tempest". La tercera parte me revela cómo (no olvidemos que el libro está escrito en la época en la que los juegos empiezan a disfrutarse adosados al televisor) los marcianitos se han instalado en nuestros hogares adoptando diferentes figuras y procedimientos hasta el punto de que ya no quedan sitios donde darles esquinazo. Me ha resultado curioso leer sus predicciones de 1982 acerca de la escasa vida útil que auguraba a los juegos; me ha emocionado recordar las salas de recreativos, la necesidad del cambio de moneda y la excitación ante la llegada de una máquina nueva; he aborrecido su comentario acerca de las mujeres en relación al “PacMan” (dice que consiste en zampar sin tasa, lo cual tal vez explique por qué es el único videojuego que interesa mínimamente a las mujeres) y me enfada que haya olvidado el “Galaga”, mi preferido. De 9.