Con la intención de leer seguidas las dos novelas negras escritas por la iruñesa Noelia Lorenzo Pino, leo "La sirena roja", la primera de ellas, protagonizada por la agente Eider Chassereau y el suboficial Jon Ander Macua quienes han de investigar la aparición de tres víctimas asfixiadas y desolladas en las localidades guipuzcoanas de Oiartzun, Irún y Hondarribia. Con un lenguaje claro, una correcta construcción del personaje central (a semejanza de las protagonistas femeninas que están diseñando últimamente Dolores Redondo, Paula Hawkins o Clare Mackintosh, Eider tiene un pasado doloroso y un presente incierto, pero no arrastra ningún trauma -salvo el complejo que tiene en relación a su pecho- ni psicopatía), unas precisas descripciones de los ambientes que no caen en el detallismo ni en el suministro ingente de datos innecesarios y un adecuado manejo de la trama (todos me parecen responsables y no es hasta las últimas páginas cuando descubro quién es el culpable), la escritora ha creado un libro coloquial, entretenido e intrigante, sin que deje de sorprenderme el que carezca de formación literaria y su carrera profesional se haya desarrollado en torno al mundo de la moda. De 5.
