domingo, 19 de noviembre de 2017

La tigresa y el acróbata

Leo la nueva novela de Susanna Tamaro "La tigresa y el acróbata", que la autora trestina hace protagonizar a una tigresa siberiana que, no contenta con su destino en la Taiga, reniega de su propia naturaleza y emprende un largo camino en el que, de la mano de diversos personajes, aprenderá cuáles son los dolores que vienen de uno mismo y cómo es la injusticia del Destino, la soledad de la traición, la rutina y la aversión a la prisión. La novelista ha elaborado un cuento para adultos bellísimo, con una narrativa muy emotiva, unas realistas ilustraciones interiores de Nirvana Jiménez, un manejo experto de los signos de puntuación (me gusta ver en el texto: guiones, entrecomillados, puntos y comas y dos puntos), la dosis justa de lucidez y severidad, poderosas y profundas reflexiones y, preciosas sentencias, como las siguientes: “A veces pasa: nace alguien que no quiere recorrer el camino que otros trazaron para él”. "El demonio que tenemos más cercano es el del aburrimiento. Si llamas o dejas que se acerquen los demonios corres el peligro de que nunca se vayan". No es lo mismo tener ojos que tener mirada. Nosotros somos los principales carceleros de nosotros mismos. La visión trae consigo la esperanza. "Si se tiene un sueño, hay que saber insistir. Si no, no pasa de ser un sueño". ¿Qué clase de amor es aquel que sacrifica la libertad de otro?. Tristes las vidas que nunca se topan con una pared. El tesoro nunca está tras la puerta. "La esperanza es la fuerza humilde que hace que el mundo siga adelante". "Hay un fuego gélido, que destruye, y uno cálido, que construye. Ambos conviven en nuestro corazón y somos nosotros quienes decidimos cuál de los dos atizar". Una fábula acerca de la libertad, simbólica y trascendente, de 7,5.