viernes, 10 de noviembre de 2017

Septiembre puede esperar

Leo "Septiembre puede esperar", la nueva novela que Susana Fortes elabora acerca de las indagaciones que hace Rebeca Aldán, una especialista en literatura inglesa, para preparar su doctorado sobre la novelista -ficticia- Emily J. Parker, quien desapareció sin dejar rastro -en la imaginación de la autora- con apenas 32 años de edad mientras, el 8 de mayo de 1955, se celebra en Londres el décimo aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial. Y, precisamente por el cariño que tengo a la novelista, no puedo sino sentirme un poco decepcionada con esta obra pues no me ha gustado el tono demasiado juvenil que impregna todo el texto -tanto en el lenguaje como en las acciones, reflexiones, preocupaciones y elucubraciones de la protagonista-, las descripciones retóricas que se desvían de la acción coloreándola en exceso, las banales metáforas empleadas, las comparaciones a las que no les encuentro lógica alguna (por ejemplo, la escritora dice: “En algún punto de la conversación se había producido una pequeña grieta, un silencio quizá sin importancia, como cuando recoges una moneda del suelo“), las abundantes biografías de personajes anexos como como Mata Hari, Shackleton, Litvinenko o Schliemann, los razonamientos demasiado absurdos (ya que cerca de la expresión “jersey de pico sin mangas“coloca la palabra “tautología” en boca del personaje principal), la construcción tan ligera que hace de las mujeres de las que parece que conoce poco sus sentimientos, lo forzado que encuentro los flash backs a su pasado -al poner la novelista retazos de la vida de Rebeca dentro de la investigación sobre de Emily- y, la mala definición de ésta, de quien no acabo de comprender, si es buena o mala. Lo siento pero no he visto ni humor fresco, ni intriga, ni que las dos vida se vayan entrelanzando, aunque sí me ha gustado el guión de la novela así como las mútiples referencias literarias que contiene. De 3.