domingo, 12 de noviembre de 2017

Una chica desconocida

Intrigada por un adelanto que ojeo en una revista literaria, leo uno de los betsellers de este año "Una chica desconocida", de la norteamericana Mary Kubica quien, utilizando de modo adecuado el recurso de la toma de declaración que hace la ayudante del fiscal del distrito a Willow y el recurso de repartir el peso de la narración entre los tres protagonistas -quienes, en cada capítulo encabezado con su nombre, en primera persona y desde su propia perspectiva, constribuyen de modo óptimo a impulsar la acción-, elabora una novela muy ágil, impregnada toda ella, de un adecuado tono de intriga a pesar de que, desde el principio, intuímos dónde está Willow y que nada malo le ha hecho a Heidi. Con una brillante descripción de la pobreza en la ciudad de Chicago, de los entresijos del sistema de protección a la infancia, de los duelos mal resueltos, de los sentimientos de culpa que son inculcados a la niña de 9 años (ella dice que “nunca sabía qué había hecho mal”) y de los terribles apegos plasmados con gran delicadeza, he disfrutado de una novela muy entretenida en la que las pistas y los giros narrativos están estratégicamente bien colocados, pero en la que, sin embargo, me ha decepcionado, después de leer cómo se traspasan tantas líneas, un final tan rosa. De 4,5.